Aunque parecen diferentes, la pimienta blanca y la pimienta negra provienen del mismo árbol y se trata del mismo fruto. Lo que cambia es la manera de preparar cada uno de estos tipos de pimienta. En el caso de la pimienta negra, las bayas se cuecen con agua hasta que toman el color oscuro que las caracteriza. El proceso de secado de los granos de pimienta negra hace que esta tenga un toque más picante y el sabor que identificamos con ella.
La pimienta blanca, en cambio, se obtiene dejando madurar los granos, que toman un color rojizo. Al recolectarla se elimina la capa más superficial y el resultado es el fruto blanco que reconocemos enseguida. La pimienta blanca es menos picante y con un sabor más suave que la negra y se utiliza en cocina en carnes y pescados para obtener el sabor de la pimienta, pero evitando que los alimentos cambien de color, como sí ocurre en el caso de la pimienta negra.
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