El clavo es una de las especias más conocidas y se utiliza desde hace años para condimentar muchos tipos de platos. Puede utilizarse tanto en recetas dulces como saladas, aunque su sabor, potente y reconocible, aconseja que el clavo se utilice de manera muy comedida y sin abusar de él. El clavo proviene de Asia y durante siglos se ha tasado a precio de oro. Las flores, de un intenso color rojo, se cosechan cuando todavía no se han abierto y se someten a un proceso de secado al sol o en cámaras de aire.
En este proceso pierden alrededor de dos tercios de su peso y toman el característico color parduzco. Su sabor es intenso y algo picante, por lo que el clavo deja un sabor muy característico en los platos donde se utiliza como condimento. Contiene un 25% de aceites esenciales y esto le confiere una gran cantidad de propiedades saludables. Eso sí, siempre utilizado de manera muy controlada para que ayude a saborizar la receta, pero que no llegue a estropearla.
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